Un experimento demuestra que con un pequeño cambio un 41% de los que las rechazan se lanzarían a por ellas
Si usted llegase a un restaurante y tuviera que elegir entre “zanahorias”, “zanahorias con aderezo de cítricos sin azúcar”, un plato llamado “la elección inteligente de zanahorias con vitamina C” o “zanahorias retorcidas con cítricos glaseados”, ¿por cuál se decantaría? Lo más probable es que usted optase por la última opción ya que, según expertos de la Universidad de Stanford, “poner nombres seductores a las verduras y frutas hace que un mayor número de personas las coman”.
Cada día, los expertos elegían 600 comensales del comedor de la universidad y pesaban los platos para saber cuánto habían comido según el nombre que se le había dado a cada menú. Las zanahorias retorcidas con cítricos glaseados conquistaron a un 25% más que las simples “zanahorias”, a un 41% más que la opción saludable de zanahorias con aderezo de cítricos sin azúcar y a un 35% más que “la elección inteligente de zanahorias con vitamina C”.
¿Quién no prefiere por ejemplo una kale dream cream a una sopa de col? La conclusión de los expertos es que un nombre atractivo para la comida saludable, como los que utilizan habitualmente las cadenas de comida rápida, haría que se incrementara el consumo de estos alimentos y ayudaría controlar la obesidad.
Cómo nombran sus platos para hacerlos más atractivos.
1. Tubérculos - Bajotierras asadas con sus mojos
Porque no suena igual zanahoria, patata, puerro o boniato que “bajotierras”. “A la gente le llama la atención lo de “bajotierras”, preguntan, y es más fácil que lo pidan que si simplemente citásemos los tubérculos y hortalizas como tal”, explica Nacho Aparicio del restaurante ecológico Mama Campo. Y ¿qué son exactamente estas Bajotierras asadas con sus mojos? Pues en este caso se trata de “un plato que lleva algún tubérculo —zanahoria, patata, boniato— y partes de hortalizas que quedan bajo tierra (la parte blanca del puerro, cebolletas, calçots). Todas van asadas y cada una lleva algún punto de diferentes mojos”, explica Aparicio.
2. Calabaza - Orange is the New Healthy Cuore
A veces, si un buen nombre no viene a la cabeza, siempre se puede contar con la ayuda de una madre. Eso es lo que le pasó a Jordi Barri, de Flax&Kale. “En la fase de desarrollo de la receta, mi madre Teresa propuso que la salsa que iba a acompañar al plato sería una crema muy suave de calabazas, es decir, nos iba a quedar un plato de pasta totalmente naranja. Y en esa época coincidió que estábamos viendo la serie Orange is the New Black. Fue en ese momento que pensamos en el nombre Orange is the New Healthy Cuore, en honor a la serie, a la forma de los raviolis y al color final de la presentación del plato”. Sus ingredientes son pasta rellena en forma de corazón de espelta con cúrcuma y relleno de beta carotenos (zanahoria, boniato, pera, maca, levadura nutricional y harina de almendras).
3. Coliflor - Ensalada de crucíferas
En Bumpgreen han aprovechado que tanto el brócoli como la coliflor pertenecen a las familias de las crucíferas para bautizar con este término uno de sus platos vegetarianos —que, como explican desde el propio restaurante, contiene “brócoli, coliflor, guisante, edamame, perejil, albahaca y sal de naranja”— como “ensalada de crucíferas”.
4. Calabacín - Spaguettis o fideos de calabacín
Otro truco que se puede llevar a cabo es el de emular otra comida, que, en el caso del calabacín es una técnica que utilizan en varios restaurantes. Por ejemplo los Spaguetti de calabacín con pesto verde y pescado en escabechede Bumpgreen o los Falsos fideos crudos de calabacín al pesto de anacardos con parmesano, uno de los platos más populares del Huerto de Lucas.
“En el momento de lanzar el plato, fuimos conscientes de que ‘tiras de calabacín con pesto’ o ‘calabacín crudo con pesto’ no iba a tener mucha aceptación. Sin embargo, el nombre elegido sigue siendo lo que es, es más, quizás sea más descriptivo si cabe. El resultado es que la gente lo pide y lo adora”, asegura Isabel Alonso, responsable de comunicación del restaurante.
5. Alcachofas - Alcachofas en flor con aceite de arbequina
En el caso de La vaca y la huerta, el nombre juega con la forma de presentación de la verdura. “Las presentamos abiertas, con sus hojas separadas para que de un golpe de vista quieras comerlas despacio, bocado a bocado, para que el plato se quede vacío lo más tarde posible”, explica Violeta Alonso, directora de comunicación del restaurante. De esta manera, apelando a la flor, intentan transmitir que esta verdura “se trata de algo delicado y sedoso”. Un concepto evocador para una verdura que, últimamente, reclama un puesto entre las más apetecibles.
6. Puerro - Croquetas silvestres de verduras seleccionadas del huerto
Una de los más importantes manjares de nuestro país es, sin duda alguna, las croquetas así que utilizarlas será una apuesta casi segura. En El Huerto de Lucas podemos encontrar las croquetas silvestres de verduras seleccionadas del huerto. “En este país, todos sabemos cómo se preparan las croquetas, o al menos como tienen que saber. En este sentido, para nosotros es importante reseñar que una croqueta puede ser muy sabrosa con solo verduras, siempre que esas sean de buena calidad”, señala desde el restaurante Isabel Alonso. En este caso, llevan puerro, calabacín, cebolla, zanahoria y anacardos.
7. Kale - Kale Dream Cream
Se trata nada más y nada menos que de una de las verduras de moda pero aún así en Flax&Kale han decidido ir un punto más allá. “Este nombre está inspirado en el mítico Dream Team, el equipo de baloncesto de USA en los JJOO de Barcelona 92. Muchos lo han considerado el mejor equipo de baloncesto de todos los tiempos. Aquí queríamos hacer el juego con una crema de verduras con kale, la crucífera con mayores propiedades beneficiosas para el organismo, en términos de aportación de micronutrientes, que existe también en todo el mundo”, afirma Jordi Barri, CEO y co-fundador del restaurante. El plato lleva puerros, cebolla, patata, tomillo y, por supuesto, kale.
8. Collejas - Tortilla de collejas
En este caso, el nombre de la verdura puede ser un reclamo ya que no es demasiado habitual encontrarla en las cartas. “Para los urbanitas es muy desconocida pero para los rurales es muy común”, explica Violeta Alonso, de La vaca y la huerta. Pero lo mejor es que, si alguien duda, al hacerla en tortilla esas reticencias pueden disminuir considerablemente. Así que aquí el nombre del plato se aprovecha de la sencillez y de la tradición de muchos pueblos. “Sin florituras”, señala Alonso.
Fuente> EL PAÍS