SANTO DOMINGO.- El presidente del Instituto Duartiano, doctor Wilson Gómez, dijo este viernes que desde el nacimiento de la Patria había grupos de poder fraguando anexiones y traiciones contra la Independencia Nacional, porque nunca tuvieron fe en el dominicano, y fue esa la gran diferencia entre esos recalcitrantes conservadores o anexionistas y el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte y Díez y sus compañeros trinitarios.
La traición del caudillo Pedro Santana comprometió nuestra soberanía a tal extremo que fue bajada nuestra Bandera Nacional y en su lugar enhestado el lienzo español, reduciéndonos de nuestra condición de Estado a una provincia de ultramar de aquella nación europea.
El Instituto Duartiano lamenta profundamente que aún no se ha destacado un cenotafio para acoger en el Panteón de la Patria a la familia procera por excelencia de la Nación dominicana, la familia Duarte-Díez, la cual consagró toda su existencia a la noble y digna causa patriótica.
Ahora que en el 2010 se cumplirá el bicentenario del nacimiento de Rosa Duarte, resulta propicia la ocasión para hacer justicia y darle el lugar que le corresponde a su memoria, a la del héroe independentista y restaurador Vicente Celestino Duarte y a esta insigne familia dominicana, merecedora de todos los tributos y con la cual los dominicanos tenemos una deuda impagable.
Sin embargo, en un contra sentido, los despojos mortales del “inconsulto caudillo” Pedro Santana, se mantienen en este Panteón de la Patria, lugar reservado a los dominicanos de gloria, que con el brillo de sus armas y sus acciones a favor del supremo interés nacional, han trascendido en la historia, todos hombres y mujeres que mantuvieron la mayor firmeza en la defensa de la Independencia Nacional, de las acciones que la preservaron, y en este caso que la restauraron.
El Instituto Duartiano, exhorta a las autoridades de migración y al Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (CESFRONT) a continuar con la ejecución de acciones orientadas a cumplir y hacer cumplir las leyes para detener el ingreso de haitianos ilegales, así como a revisar minuciosamente la documentación que muestran, toda vez que existe una práctica activa de falsificación documental.
Entendemos que los esfuerzos que se han realizado en la frontera siguen siendo insuficientes para preservar el interés nacional de los dominicanos y dominicanas; aún el Congreso Nacional no ha cumplido con la reserva de ley de la Constitución que procura asegurar la soberanía territorial de nuestro país, mediante la regulación legal de la titularidad de la tierra en la Zona Fronteriza.
El doctor Wilson Gómez Ramírez se expresó con motivo del acto de depósito de una ofrenda floral en el Panteón de la Patria, en ocasión del 156° aniversario del inicio de la guerra restauradora de la Independencia Nacional, la cual contó con la asistencia de directivos y miembros del Instituto Duartiano.
Señaló que este glorioso pueblo había saboreado la miel de la libertad y la semilla que había sembrado el Padre de la Patria y que en el país encontró terreno fértil, para demostrar que la lucha no era sólo contra los haitianos, que no era un problema racial, sino que había una patria resuelta a defenderse ante toda injerencia extranjera.
Estimó que es indudable el mérito del general Duarte en los trabajos de concienciación de la juventud trinitaria, y citó ejemplos claros a una de las primeras víctimas de los traidores que fue el general Francisco del Rosario Sánchez, asesinado en San Juan de la Maguana, con una veintena de compañeros, cuando intentaba incorporarse a lucha por la restauración de la independencia.
Asimismo, recordó que el general Ramón Matías Mella, Trinitario y patriota insigne, antes de morir, siendo vicepresidente de la República en armas, implementó la guerra de guerrillas, con instrucciones precisas para luchar en principio con el poderoso Ejército español de 30 mil hombres, contribuyendo eficazmente, una vez más, al triunfo de las valientes y decididas armas dominicanas.
El doctor Gómez, indicó que los acontecimientos del 16 de agosto de 1863 y la del 27 de febrero de 1844, deben siempre estar íntimamente vinculados en la memoria de los dominicanos, en razón de que los patriotas encabezados por Santiago Rodríguez enarbolaron la Bandera Nacional en el Cerro de Capotillo procurando restauración de la independencia.
Añadió que a partir del “Grito de Capotillo”, la lucha de los dominicanos se extendió por todo el territorio, hasta culminar con la victoria de estas valientes tropas en 1865, fecha en la cual el poderoso ejército español, después de largas y cruentas luchas, resultó derrotado y abandonó el país.