Todos sabemos cómo es: te pones una meta demasiado ambiciosa y ambigua para el año nuevo, después de dos semanas te das por vencido y, a fines de enero, finges que eso nunca sucedió.
El próximo año, propongámonos elegir mejores propósitos. Existen tres grandes motivos por los que solemos fracasar en nuestros propósitos de año nuevo. El primero es adoptar resoluciones basadas en algo que una fuerza externa (la sociedad, los amigos o lo que sea) nos dice que cambiemos, en vez de optar por algo que nosotros queremos cambiar. Después, nos ponemos metas ambiguas sin indicadores de éxito bien definidos. Y, por último, simplemente somos poco realistas sobre nuestras metas.
Entonces, ¿qué debes hacer si quieres cambiar esa situación? En nuestra guía, Jen A. Miller sugiere seguir la estrategia CREAS:
Cuantificable: Sin importar cuál sea la meta, encuentra la forma de poder medir el progreso.
Relevante: Encuentra una meta que tenga la importancia suficiente para que estés motivado a cumplirla.Específico: Establece metas concretas y claramente definidas con puntos específicos de éxito.
Alcanzable: Establece una gran meta, pero que sea razonable. Tu meta puede ser ambiciosa pero ten en cuenta que sea algo que puedes lograr.
Sujeto a un plazo: Establece un plazo razonable para tu meta, y enfócate en las pequeñas victorias a lo largo del camino.
Muy bien, ya sabemos cómo establecer metas específicas y razonables, pero ¿cómo nos mantenemos en el camino? Nuestra guía tiene muchísimos consejos, pero hablemos de dos maneras puntuales en que a menudo nos derrotamos a nosotros mismos: demasiados pensamientos positivos y muy poca autocompasión.
Los estudios han revelado que, aunque el pensamiento positivo es importante para explorar futuras posibilidades, podría estar estancando tu progreso.
“Cuanto más fantaseemos y soñemos despiertos sobre nuestro éxito en el futuro, menos haremos en términos de alcanzar el éxito de verdad”, dice Gabriele Oettingen, profesora de psicología en la Universidad de Nueva York.
Así que debemos ser positivos pero realistas. No confundas tu optimismo con los logros reales.
En cuanto a la autocompasión, se trata de esto: acepta el hecho de que probablemente tendrás resbalones, y sigue adelante cuando eso suceda. Despiértate a la mañana siguiente para tratar de seguir mejorando.
Fuente: EL País