Por: Junior Cristopher
Analista
Latinoamérica tiene una historia compleja y larga. Aunque mucho inciden los procesos históricos en la economía y cultura de los países latinoamericanos, hay una tendencia de culpar a otros países por el fracaso o el éxito de una economía. Siempre hablamos de que España se robó todo el oro, o de que Estados Unidos invadió en algún momento del siglo XX, de que el capitalismo empobreció a los pobres, o que el socialismo arruinó a todos. La cantaleta de nunca acabar. Pero al final del día, todos los modelos económicos funcionan, y todos los modelos políticos también, ya sea una autocracia, una democracia o una monarquía, lo que sea. Todo puede funcionar si las condiciones se dan.
Les pondría el ejemplo de Vietnam: duró 45 años de un conflicto armado en otro.Primero, en la Segunda Guerra Mundial (1940–1945), tuvo que luchar contra los japoneses. Luego, la Guerra de Indochina (1946–1954) para liberarse de los franceses, que creó dos estados: Vietnam del Sur y Vietnam del Norte. Más tarde tenemos una guerra con Estados Unidos que dura 20 años (1955–1975). Y tomemos en cuenta todo lo que esto implica, para tener un conflicto de un mes con China en 1979, y ocupar a Camboya simultáneamente desde 1978 hasta 1989. Aunque sufrieron económicamente, reinventaron su sistema socialista. En 1986 llevan a cabo el Đổi Mới (“la renovación” económica), una apertura económica sumada a muy buenas decisiones políticas que posicionan a Vietnam como una de las mejores economías de Asia.
En el otro lado ideológico tenemos a Singapur, país subdesarrollado y pobre, que se convirtió en un hub logístico en Asia. Con sus políticas pro mercado, atrajo muchísima inversión. Singapur es una isla que no tiene petróleo, no tiene tierras cultivables, ni agua potable propia. También tenía fuertes divisiones sociales, donde chinos, malayos e indios, durante los años 50 y 60, vivían en tensión. La metrópoli de Singapur era el Reino Unido. Luego, en 1963 pasó a ser parte de Malasia, y en 1965 tuvo su independencia. Desde entonces, sus políticas económicas fueron bastante acertadas, con una economía de mercado plena y un estado de derecho sólido.
Muchos países latinoamericanos tienen más recursos, tuvieron más estabilidad política, pero pareciese que falta voluntad. En ambos casos, ni Singapur ni Vietnam son democracias plenas, pero económicamente han sido exitosas con modelos distintos, probando que si se hace bien, ni el pasado colonial, los conflictos bélicos, ni los recursos son una excusa para evitar progresar.
Debemos abandonar el victimismo colonial y mirar al futuro, porque el progreso está en el futuro.


