Chiara Ferragni asegura que el éxito de la empresa que creó alrededor de su imagen radica en su credibilidad
La mayor influencer del mundo salió de un trabajo universitario. Chiara Ferragni(Cremona, Italia, 1987) solo quería compartir sus fotos y su exnovio —actual consejero delegado de su empresa— Riccardo Pozzoli necesitaba encontrar un proyecto de negocio para una asignatura. Así surgió The Blonde Salad, el primer blog de moda que logró rentabilizarse por sí mismo y que creó un nuevo nicho de mercado: el de las blogueras/influencers. “Me enorgullezco de ver todo lo que hemos logrado. Cuando comenzamos no teníamos nada”, dice sonriente.
Habla en plural. Lo que comenzó como un blog personal en el que compartía sus looks es hoy un imperio que cotiza a ocho millones de euros y emplea a 26 personas [20 en The Blond Salad y 6 para su firma. Aunque "colaboran más"]. Dentro del universo Chiara hay una línea de zapatos, un portal de ecommerce y, por supuesto, campañas publicitarias. Pero, sobre todo, un equipo. “Decidí rodearme de gente competente, que no solo organiza mis días, también me ayuda con ideas. Tomamos decisiones sobre trabajo juntos”, reconoce en una entrevista con EL PAÍS mientras con un vistazo discreto mira a su jefe de prensa. No solo es una mirada de camaradería, también busca su aprobación. Él vigila el tiempo y las preguntas —está prohibido cuestionarle sobre su futura boda con el cantante italiano Fedez y su vida privada— ella sin embargo es una máquina perfecta para responder. Es hábil y va al grano, pero sobre todo es una profesional de las relaciones públicas. Y es que vive de ello.
La también diseñadora define su trabajo como “ser fuente de inspiración”. “Quiero que la gente encuentre en mis redes diferentes lugares, restaurantes, tendencias, marcas y experiencias. Se trata de compartir”, recalca alguien que es considerada por una legión de seguidoras como un icono a seguir. “No tengo reglas de moda. Se trata de vestir algo que te haga sentir plena. Te debes sentir segura, fuerte y orgullosa de quien eres. La ropa puede ayudar a empoderarnos. Es una ecuación sencilla, si te sientes bien lo reflejarás”, sentencia desde Verona, donde acudió el pasado martes como invitada especial al desfile de otoño-invierno de Calzedonia. “Por cierto, las medias de rejillas me encantan”, suelta entre risas.
Objeto de estudio
Así lo demostró también un estudio que en 2015 realizó la escuela de negocios de Harvard sobre el fenómeno de su blog. La profesora encargada del informe, Anat Keinan, dijo de ella: “No solo fue creativa, sino que supo monetizar su blog y convertirlo en un negocio multimillonario. Y una de las razones de su triunfo es su habilidad para ser rentable y servir de inspiración al mismo tiempo”.
Ferragni también fue la primera bloguera —aunque ahora prefiere que la llamen influencer— que ocupó una portada de Vogue, para su edición española en 2015, ha estado dos veces en la lista de “30 creativos menores de 30” de la revista Forbes, su marca Chiara Ferragni Collection —línea de calzado, mochilas, sudaderas— se vende en más de 21 ciudades y este julio inauguró su primera tienda en Milán. Según The Business Of Fashion, la firma proyecta que para 2019 tengan 14 boutiques en todo el mundo.