El Dìa Nacional del Merengue encuentra a este ritmo tradicional en plena etapa de transiciòn, mientras otros gèneros-como el urbano- rivalizan con su presencia en el gusto popular.
Reconocido internacionalmente como el ritmo dominicano por antonomasia, el merengue empezò a difundir sus destellos sonoros desde mediados del siglo 19, apenas una dècada despuès de haberse proclamado la independencia y emergìa la flamante Repùblica Dominicana.
Originalmente interpretado con tambora, guira y guitarra, posteriormente incorporò el acordeòn, que sustituyò la guitarra y con el tiempo fue enriqueciendo su perfil con otros instrumentos y arreglos.
Surgido de las mismas entrañas del campesinado, el merengue se aposentò en el bohìo, la enramada y los cafetines, atrayendo de inmediato una creciente popularidad merced a una mùsica contagiosa y un baile sensual que escandalizò la sociedad conservadora de esa època.
Arropado por la controversia, el merengue sufriò censura oficial y desde la prensa se reclamò con insistencia su prohibiciòn , alegàndose que era una danza vulgar que degradaba las buenas costumbres.
Sin embargo, con el tiempo el merengue se fue imponiendo hasta que con la llegada al poder del dictador Rafael Trujillo, un ferviente seguidor de esa danza, llegarìa a alcanzar un status social de una envergadura inimaginable.
En efecto, Trujillo no solo promoviò masivamente el merengue en actos oficiales, la radio y la televisiòn, sino tambièn que con su entusiasta respaldo se auspiciò una modernizaciòn de su estructura, creàndose piezas para grandes orquestas que consolidaron su presencia e influjo en la sociedad dominicana.
Joseìto Mateo, Johnny Ventura, Luis Alberti, Antonio Morel, Juan Luis Guerra y Tatico Henrìquez son algunos de los màs genuinos representantes del merengue en atenciòn a diversidad de estilos y etapas.