Por la doctora:
Maria Del Pilar Vargas Porras
Ginecóloga/Cirugía Laparoscópica. CEDIMAT.
El impulso sexual nace “se prepara”, se “dispara” en el cerebro, por estímulos que pueden nacer en la propia persona, como las fantasías, o por estímulos exteriores, como la visión de una mujer hermosa o de un hombre atractivo; se producen en el cerebro, una serie de cambios por liberación de sustancias químicas que condicionan y desencadenan el deseo sexual, y que llevan a la materialización de lo que denominamos impulso sexual. Se expresan desde que el ser humano nace.
Una pregunta que todos nos hacemos en algún momento es cuándo comenzar a tener relaciones sexuales. Lo que si podríamos asegurar es que la iniciación de una vida sexual debe ser el resultado de una decisión consciente y voluntaria. En ellas implican una serie de riesgos y, como toda actividad en la vida, debe iniciarse cuando se esté en capacidad de lidiar con las responsabilidades que implica esta práctica.
Los jóvenes tienen que tener en cuenta que las relaciones producen una serie de consecuencias, no solamente es el placer, también una de las funciones de la sexualidad es la parte reproductiva. Muchos jóvenes creen que solo es tener sexo y se olvidan de las consecuencias. Si el sexo no se hace de forma responsable, pueden aparecer embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.
EL sentir deseo de besar a un chico o una chica y disfrutar de su compañía no significa que un ser humano ya está listo para empezar a tener relaciones. Los jóvenes de hoy deben prepararse un poco más, informarse más, el sexo puede esperar. Hay otras formas de expresión sexual placenteras que pueden ayudar a los adolescentes a liberar esa tensión acumulada, generada por el placer, la excitación, la exploración y la curiosidad. No podemos hablar de una edad, 15, 18 o 21 años, tendríamos que hablar de la edad de la preparación para asumir todas las consecuencias de este acto.
La amistad también es un rol importante. Los amigos influyen bastante, por eso los responsables del hogar deben saber con quién se está relacionando sus hijos. Lo ideal es establecer ciertas normas pero también ciertas libertades. Definitivamente el grupo de amigos empieza a ser el referente principal de las conductas no solamente sociales sino sexuales de los jóvenes.
La Organización Mundial de la Salud señala que 85% de los casos de enfermedades de transmisión sexual ocurren en jóvenes de entre 15 y 30 años. Esto también depende de la cantidad de compañeros sexuales que tenga.
Por tanto, es indispensable que todos los adultos que rodeen el entorno del joven o la joven, ya sea madre, padre, docente, profesional, hermano etc. Hablen con naturalidad y respeto sobre el tema sexual. En este sentido, entre más articulados se encuentren los escenarios familiares, escolares, sector salud, mucho mejor puede ser este acompañamiento a los jóvenes para vivir una sexualidad sana y placentera.